18 de octubre de 2012

20 y 24-O, 8N y 7D: todos juegan

De acá a diciembre habrá al menos 4 movilizaciones que incidirán en la política nacional. Los cacerolazos anti-K y la fecha límite para la desinversión de Clarín no lo son todo. La izquierda y la dupla Micheli-Moyano. Otros procesos que pujan por incidir. En Marcha (Ar)



Por Pablo Solana. De acá a diciembre habrá al menos 4 movilizaciones que incidirán en la política nacional. Los cacerolazos anti-K y la fecha límite para la desinversión de Clarín no lo son todo. La izquierda y la dupla Micheli-Moyano. Otros procesos que pujan por incidir. Panorama abierto, todos juegan.


#PorMarianoFerreyra

Este sábado 20 se cumplen dos años del asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra. En medio del juicio que puede terminar con la condena de uno de los exponentes de la burocracia sindical-empresarial y de hechos de gravedad tales como el secuestro de un testigo y amenazas a otros, la movilización de Congreso a Plaza de Mayo promete ser masiva. La convocatoria principal la realiza el Partido Obrero y se espera que el conjunto de la izquierda, partidaria o independiente, esté presente. Una movilización que se nutrirá de agrupaciones sindicales, movimientos barriales, estudiantes y militantes en reclamo de justicia ante un caso que movilizó especialmente a la juventud y se convirtió en emblema de lucha contra la tercerización y precarización laboral.

#ContraLaLeyDeART

Para el miércoles 24 la CTA que conduce Micheli y la CGT-Moyano anunciaron una concentración frente al Congreso Nacional “para impedir” que se aprueben las modificaciones a la ley de ART impulsadas por el Gobierno. Como sucedió el pasado 10 de octubre con la movilización a Plaza de Mayo, la reivindicación resulta compartida por amplios sectores populares y de izquierda. Pero el espacio antikirchnerista que referencian Micheli y Moyano reúne también a Buzzi, de la Federación Argraria, y a los radicales de la Federación Universitaria Argentina, lo que genera desconfianzas y rechazos sobre la perspectiva política que estas convocatorias adoptarán. Por lo pronto, el paso que sigue será la convocatoria a un paro nacional sin fecha definida, “antes de fin de año”. Aunque el miércoles 24 se espera una convocatoria más modesta que el pasado 10, el posible paro ofrecerá un escenario de protestas sin figuras controvertidas en ningún palco. En ese contexto, la unidad en la acción por reclamos que son sentidos por sectores de los trabajadores y por el activismo de base y de izquierda, seguramente convoque a un abanico de protesta mucho mayor.

#8N

“8N” es la clave que identifica, en las redes sociales, la convocatoria al próximo cacerolazo contra el Gobierno. Con la consigna, pretensiosa e improbable de “seamos 1 millón de argentinos en el Obelisco”, se consolidó la fecha del jueves 8 de noviembre para el nuevo intento de darle carnadura social a una agenda política asociada, en términos genéricos, con los intereses de la derecha política y los grupos económicos enfrentados con el Gobierno, como el multimedios Clarín. Es cierto que en el cacerolazo del 13 de septiembre podía identificarse, además, la participación de sectores de clases medias que expresaban broncas coincidentes con la agenda popular, como los sueldos que no alcanzan, la inflación o la impunidad ante la masacre ferroviaria de Once. Esta vez, sin embargo, con una más aceitada organización y una orientación política más precisa, la movida será capitalizada por quienes buscan polarizar con el Gobierno por derecha. Aunque sectores de la centroizquierda identificada con la conducción conservadora de Hermes Binner también intenten mostrarse afín a una agenda que, aunque pueda mostrar aristas, en términos generales resultará más funcional al PRO.

#7D

Sectores del kirchnerismo definen a lo que suceda a partir del 7 de diciembre, fecha límite para la aplicación del artículo 161 de la Ley de Medios, como “la madre de todas las batallas”. Tal vez resulte irresponsable caraceterizar de esa forma a una disputa de final incierto. Aunque el tono épico cobra algún sentido si se tiene en cuenta que, si el Gobierno no logra reafirmar su autoridad frente al principal conglomerado empresarial-comunicacional opositor, no podrá albergar ninguna esperanza de reforma constitucional que habilite un nuevo mandato de Cristina, máximo anhelo -y necesidad- oficialista. Pero el Gobierno no tiene todas las de ganar: sigue estando en duda qué juez se prestará a enfrentar al grupo Clarín, de mayor incidencia en la “familia judicial” que el propio Gobierno; tampoco es claro que el kirchnerismo logre el consenso necesario si decide hacer cumplir la ley por la fuerza. “Esto se destraba sólo con la movilización popular”, reconocen dirigentes kirchneristas. Sin embargo, desde la Casa Rosada aún no se decide una orden clara para que su militancia salga a ganar las calles. Por el contrario, parece primar la incertidumbre por el actual panorama político no exento de dificultades donde, ya sea desde el sindicalismo opositor, desde intenciones reaccionarias o desde la izquierda, son otros quienes convocan a movilizar. El 27 de octubre, cuando se cumplan dos años del fallecimiento de Néstor Kirchner, podrá considerarse un ensayo hacia el 7D. Aunque, hasta el momento, desde el kirchnerismo sólo anuncian para esa fecha “actos en barrios, plazas, centros culturales” y tal vez algo de carácter oficial en Tecnópolis. Hacia el 7D el grupo Clarín tiene cada vez menos tiempo; pero lo mismo le sucede al Gobierno, que deberá resolver cómo seguir.

#DesdeAbajoYALaIzquierda

Aún sin impacto en las primeras planas de la política nacional, una serie de luchas y convocatorias se suceden sin encuadrarse tras los vectores que hegemonizan las movidas descriptas más arriba. El pasado 10 de octubre un conjunto de agrupmientos sindicales, sociales y políticos convocados por la Corriente Sindical Rompiendo Cadenas lograron una movilización que, en las calles y con cerca de un millar de personas, marcó su protesta contra el Gobierno pero también contra las patronales agropecuarias, para diferenciarse del palco que reunió a la CTA con la Federación Agraria. Se trata de sectores que, aunque suelen ser parte de las movilizaciones como la del próximo sábado por Mariano Ferreyra, se proponen elaborar una alternativa política al kirchnerismo desde una perspectiva independiente tanto de la izquierda partidaria tradicional como de la burocracia sindical y la centroizquierda que, floja de límites a la hora de buscar alianzas, corre su discurso cada vez más al centro. En el mismo sentido se desarrollan Encuentros de Cooperativas Autogestionadas, crece una fuerte corriente universitaria independiente, y se consolidan coordinadoras de medios de comunicación comunitarios que desafían la polarización Clarín-Gobierno ahí donde a los dos les incomoda: el incumplimiento de la Ley de cara a las organizaciones populares. Cerca del 20 de noviembre, día de la Soberanía, la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares de Argentina (COMPA) organizará el Segundo Foro Nacional por un Proyecto Emancipador, para amplificar su propuesta de construir “una alternativa política de los de abajo, basada en las experiencias de construcción de poder popular de la nueva izquierda”.

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Similares escenarios se dan en cada provincia, y en las principales ciudades del país: la política está movida en la superficie, y también por abajo, donde hay nuevos aires y nuevos movimientos que prometen hacerse oír.