25 de noviembre de 2013

El campesinado en Colombia, motor de la movilización popular

Los movimientos campesinos anuncian nuevas movilizaciones por “incumplimientos del gobierno” y contra “la megaminería, la extranjerización y concentración de la tierra”, según definió recientemente la Asamblea Nacional del Coordinador Nacional Agrario (CNA). En Marcha (Ar)



Por Pablo Solana desde Nariño, Colombia. Los movimientos campesinos anuncian nuevas movilizaciones por “incumplimientos del gobierno” y contra “la megaminería, la extranjerización y concentración de la tierra”, según definió recientemente la Asamblea Nacional del Coordinador Nacional Agrario (CNA).

Durante la semana que pasó, el Coordinador Nacional Agrario -integrante del Congreso de los Pueblos, uno de los dos grandes espacios de articulación del movimiento popular en Colombia-, realizó una Asamblea Nacional donde resolvió impulsar “una gran movilización nacional y la unidad del movimiento popular”. A su vez, el movimiento “Las Dignidades”, vinculado al sector político denominado Movimiento Obrero Independiente Revolucionario (MOIR), anunció una “Toma Agropecuaria de Bogotá” para principios de diciembre. Por su parte, la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (FENSUAGRO) -que integra la Marcha Patriótica, el otro gran espacio de coordinación popular- denunció más de 20 casos de asesinatos a líderes populares a lo largo del Paro Agrario de agosto y los meses posteriores de negociación.

“Por la defensa y recuperación del campo colombiano”

Más de 600 delegadas y delegados llegaron a las montañas del macizo colombiano, en la región suroccidental de Colombia. Dispuestos a pasar una semana de intensas deliberaciones en el Polideportivo del municipio de San Lorenzo, en Nariño, debieron viajar 35 horas desde Norte de Santander, o más, desde algunos parajes de Arauca, para llegar a esta región cordillerana cerca de la frontera con Ecuador.

Representantes de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes debatieron el futuro del movimiento campesino en torno a temas como territorio, soberanía alimentaria, movilización social, solución política al conflicto armado y vida digna. “El objetivo de esta asamblea es hacer un análisis de lo que han sido las luchas del CNA, y reforzar su plataforma política”, explica José Vidal, delegado de Sur de Bolívar. Alberto Castilla, presidente saliente de la institución, agrega: “Se trata de poner a tono al movimiento popular con los desafíos que impone la coyuntura política que vive el país”.

En forma democrática, la Asamblea mandató a delegados de todas las regiones para las instancias nacionales y sometió a votación directa la elección del nuevo presidente, resultando electo el campesino nariñense Robert Daza. El reemplazo habilita a Castilla, el referente campesino con mayor reconocimiento público del CNA, a proyectar su candidatura al Senado de la República en las próximas elecciones. Esa decisión surge del consenso en la organización campesina, y de la militancia de Alberto Castilla en la fuerza política Poder y Unidad Popular, integrada principalmente por referentes sindicales y sociales que tiene el objetivo de lograr candidaturas vinculadas al movimiento popular dentro de las listas del Polo Democrático Alternativo, una de las opciones progresistas en las elecciones del próximo año.

Entre las resoluciones de mayor peso que tomó la Asamblea, según informó la Agencia de Comunicación de los Pueblos Colombia Informa, se encuentra la de pasar de ser una coordinación a concebirse como una “organización nacional, respetando las dinámicas de las organizaciones regionales”. Otros ejes reflejados en el documento final son: consolidar la propuesta sobre política de tierras y territorios; reafirmar el compromiso en la lucha contra la megaminería y los planes de extranjerización y concentración de la tierra; resistir en los territorios y proteger la cultura e identidad campesina; consolidar ejes como la economía propia y soberanía alimentaria, mujeres, integración internacional, formación y movilización.

Dignidad Agropecuaria y negociaciones entre denuncias de asesinatos y persecución

“Ante la negligencia del gobierno y la gravedad de la situación socio-económica en las áreas rurales del país, desde Dignidad Agropecuaria hemos decidido adelantar una gran movilización hacia Bogotá”, declaró la organización en un reciente comunicado. El vocero del Movimiento por la Dignidad Cafetera, Víctor Correa, recordó que durante el año 2013 se han suscrito en distintas mesas con los sectores de las Dignidades (paperos, cafeteros, pequeños productores agropecuarios), pero de ellos menos del 10 % se cumplieron.

Además de la movilización, este espacio también busca proyectar a sus dirigentes desde el conflicto social a la arena electoral. César Pachón Achury, su principal dirigente, adelantó su voluntad de presentarse para la presidencia de la República en nombre de su organización. “O era seguir haciendo paros cada 6 meses y sacar a nuestra gente a las calles para que la mate o la humille el ESMAD (policía militarizada), o lanzarnos en este proceso de la llamada democracia”, declaró.

A su vez, el espacio campesino vinculado a Marcha Patriótica FENSUAGRO impulsó la Mesa de Integración y Acuerdos (MIA), intentando capitalizar las movilizaciones del Paro Agrario de agosto en una ardua negociación con el gobierno nacional. Pero las perspectivas no son optimistas: “Después de dos meses de conversaciones el campesinado siente que el gobierno no tiene intención de avanzar en los acuerdos que ayuden a solucionar la grave crisis agraria”, declaró la organización. La denuncia al gobierno se tornó más grave cuando la organización campesina vinculó la denuncia hecha por Marcha Patriótica respecto a los asesinatos de 20 personas vinculadas a su organización en distintos hechos recientes, con represalias ante el Paro Agrario de agosto y los meses posteriores de negociación.

Aún bajo esa lógica de asesinatos a líderes comunales, los distintos sectores del campo no detienen sus reclamos. Después de un año fecundo en movilizaciones, que incluyó además a indígenas, trabajadores y estudiantes, el movimiento campesino resulta el sector social más golpeado por la represión porque sigue siendo el que, a partir de la protesta social, más capacidad demuestra para proponer cambios e incidir en la agenda política nacional.