Hebe de Bonafini cuestionó a Osvaldo Bayer por criticar al gobierno, quien le respondió reivindicando a otras Madres no oficialistas. Estela de Carlotto bendijo el aporte de la megaminería para la difusión de su película. Estado, poder económico y cooptación. En Marcha (Ar)
Por Pablo Solana. Hebe de Bonafini cuestionó a Osvaldo Bayer por criticar al gobierno, quien le respondió reivindicando a otras Madres no oficialistas. Estela de Carlotto bendijo el aporte de la megaminería para la difusión de su película. Estado, poder económico y cooptación.
No hace falta repasar aquí la trayectoria de Osvaldo Bayer. Desde hace más de medio siglo es uno de los intelectuales más consecuentes en su compromiso con las causas populares, lo que le valió persecución y exilio. En el último número de la revista Sudestada, el historiador reivindica la necesidad de criticar al gobierno, decir “las cosas buenas y las malas, porque es la realidad”. Y narra cómo esa actitud crítica le valió el desprecio de la titular de Madres de Plaza de Mayo, organismo sobre el que también se permite una mirada integral: “Las Madres van a pasar a la historia porque han sido un movimiento genial, de un coraje civil increíble. Desaparecieron las tres primeras Madres, y al día siguiente ellas seguían en la Plaza de Mayo desafiando a la dictadura. Esa lucha hay que reconocerla siempre. Yo las conozco porque compartimos muchas cosas juntos. En Alemania, Hebe y María Adela venían a denunciar a la dictadura y luego se volvían a Buenos Aires. Eso es coraje”. A raíz de las posiciones políticas actuales de este y otros organismos, los entrevistadores, Hugo Montero e Ignacio Portela, inquieren sobre el rol del Estado como “corrompedor” de los organismos de DDHH, y Bayer concede: “Es así (…). Los organismos de DDHH tienen que mantener una línea de independencia. Hebe llevó a la perdición a las Madres cuando las hizo oficialistas. (…) Muy mal, igual que la presidenta de Abuelas, que se hace tan oficialista”. El debate sobre la pérdida de independencia de organismos de DDHH que se subordinan a la lógica del mismo Estado que deberían vigilar y denunciar, no es nuevo, y Bayer no hace más que decir con sencillez y claridad lo que es un pensamiento extendido en sectores políticos y de la militancia popular no oficialistas. Aunque tampoco es nuevo el tono iracundo de la respuesta de Hebe, la titular de Madres, quien desató un ataque centrado en la descalificación personal del viejo intelectual libertario. En su discurso de los jueves en Plaza de Mayo, Bonafini atacó a Bayer sin mencionarlo, llamándolo “monito” y “gorila”: “Cuando vino la dictadura, el monito huyó despavorido y se fue a Europa”, señaló “la izquierdosa manera de pensar de algunos” y le advirtió al “gorila” que “se va a romper los dientes contra la pared”. En el mismo tono, en un comunicado con la firma de la Asociación le dicen que “da vergüenza ajena sentirlo rebajarse tanto por desacreditar a las Madres y a nuestro querido gobierno”.
Con plata que legitima la represión
No se conocen declaraciones de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo alertando sobre la creciente represión a las protestas medioambientales contra el avance de la megaminería. Por caso, el pasado 5 de mayo los manifestantes antimineros de Tinogasta, Catamarca, fueron brutalmente reprimidos y tres de ellos permanecieron algunas horas “desaparecidos” hasta que la policía local reconoció su detención. Pero la relación de Carlotto con las empresas contaminantes y el poder político que las defiende a fuerza de palos a los manifestantes, es de “agradecimiento”. Así lo manifestó cuando el gobierno de San Juan, principal socio de la Barrick Gold en Argentina, anunció el destino de 100 mil pesos a la difusión de la película “Verdades Verdaderas”, que retrata la vida de la dirigente de Abuelas. Como informa el semanario digital DataRioja, ese dinero se extrajo de un fondo provincial creado por la ley 7909 en julio de 2008. La norma impone a todas las empresas mineras un aporte al Estado provincial del cuatro por mil (0,004) de la facturación mensual; alcanza a unas 800 firmas en San Juan y recaudó, en 2011, unos 3 millones de pesos con los que el gobierno provincial y las empresas hacen la “labor social” a través del apoyo de clubes deportivos y entidades de fomento, en la búsqueda de legitimar la labor extractiva contaminante. Hay represión y violación a los DDHH en las protestas cordilleranas, pero la preocupación de Carlotto es otra: “Cuiden al gobernador”, manifestó en diciembre último cuando recibió la noticia del apoyo a su película.
Críticas a Hebe o el temor de hacerle el juego a “los hijos de puta”
“Nunca he escrito nada de estas cosas porque me da mucha pena que los hijos de puta lo utilicen para pegarle a las Madres”, reconoce Osvaldo en el reportaje citado. La preocupación es la misma que atraviesa a distintos sectores de la vida política y social vinculados a las causas populares, cada vez que los manejos delictivos del colaborador de Hebe, Sergio Schocklender, salpican la imagen del Pañuelo Blanco. ¿Cómo evitar el riesgo de enlodar la dignidad de estas queridas “viejas”, su dimensión ética construida en los más difíciles años de la historia reciente de nuestro país, sin dejar de marcar lo que hoy, claramente, puede entenderse como una claudicación, al menos de sus más conocidas dirigentes? El propio Bayer explora con sabiduría en ese terreno, en lo que puede entenderse como una última respuesta indirecta a las ofensas de Hebe, el sábado posterior a la polémica en su columna del diario Página/12. Allí el historiador elije reivindicar a Lolín, Inés y Beba, tres Madres de Plaza de Mayo de Neuquén que conocieron las condiciones de su exilio, aún hoy acompañan las luchas de los trabajadores y mantienen la denuncia activa sobre violaciones actuales a los DDHH. No lo dice Osvaldo en su columna, pero resulta pertinente recordar que la filial neuquina de Madres de Plaza de Mayo es la que pone el mayor énfasis en la falta de democracia interna de la entidad: “Hace más de 3 años que los encuentros nacionales de la Asociación no se han podido realizar, a pesar de nuestros reiterados pedidos”, denuncian en un comunicado público en el que marcan “nuestro desacuerdo con las decisiones tomadas por la Comisión Directiva de la Asociación Madres de Plaza de Mayo o su presidenta, de manera antidemocrática, inconsulta, autoritaria y soberbia”, y explican el motivo de fondo: “La Sra. Hebe de Bonafini, sin pañuelo o con él impulsa una agrupación en apoyo al proyecto político de la presidenta Sra. Cristina Fernández: lo rechazamos”.
La digna historia de estas señoras que enfrentaron como pocos a la más feroz dictadura de nuestra patria es merecedora de la más clara reivindicación. Aunque, a la luz de las circunstancias políticas actuales, seguramente sea una buena opción poner el foco en Lolín, Inés y Beba, o en Norita Cortiñas (y con ella muchas de las “Fundadoras”), referentes históricas del Pañuelo Blanco que destacan por su consecuencia y humildad, más que en sus dirigentes más reconocidas, demasiado acostumbradas ya al calor del poder y demasiado lejos de los reclamos cotidianos contra las injusticias. Lo dice el propio Bayer mejor que cualquiera: “Los caminos del futuro tendrán los nombres de Lolín, Inés y Beba, porque ellas nos dieron la gran lección: treinta y cinco años en la calle gritando la verdad, el amor por la vida, el camino de la mano abierta, la búsqueda del baile de la esperanza en el logro de la alegría”.